CAPITULO 4

Diferencias individuales en le motivación

4.1Teoría de la motivación de Abraham Maslow.

4.1.1 Necesidades fisiológicas.

El hombre es un ser indigente: tan pronto como una de sus necesidades es satisfecha, aparece otra en otro lugar. Este proceso es interminable. Dura desde el nacimiento hasta la muerte.

Las necesidades humanas están organizadas en una serie de niveles, en una jerarquía de importancia. En el nivel inferior, pero de gran importancia cuando están frustradas, se encuentran las necesidades fisiológicas. Cuando no hay pan el hombre vive sólo de pan. A no ser que las circunstancias sean excepcionales, sus necesidades de amor, de privilegio y de propia estima no actúan cuando su estómago lleva algún tiempo vacío. Sin embargo, cuando el hombre come de modo regular y adecuado, el hambre deja de ser un motivador importante. Esto mismo es cierto por lo que respecta a otras necesidades fisiológicas del hombre, como son el descanso, el ejercicio, el albergue, la protección contra los elementos etc.

Una necesidad satisfecha no es un motivador del comportamiento, es un hecho de profunda significación que es normalmente ignorado por un método tradicional de dirigir hombres. Consideremos nuestra necesidad de aire; a no ser que nos veamos privados de él, dicha necesidad no tendrá un efecto motivante motivador apreciable sobre nuestro comportamiento.

4.1.2 Necesidades de seguridad.

Cuando las necesidades fisiológicas están razonablemente satisfechas, otras de nivel más elevado empiezan a orientar el comportamiento humano y así mismo a motivarlo. Estas son denominadas necesidades de seguridad; son las necesidades de protección contra el peligro, las amenazas y las privaciones. Considerando que todo trabajador se encuentre en una relación de dependencia, las necesidades de seguridad pueden alcanzar considerable importancia en la organización. Toda acción arbitraria de la dirección, y en general, cualquier actuación de está ésta que origine incertidumbre con respecto a la continuidad en el empleo o que refleje favoritismo o discriminación, puede determinar que la necesidad de seguridad en la persona, sea cual fuere su nivel de dependencia dentro de la organización: desde un obrero hasta el vicepresidente, sea activada.

4.1.3 Necesidades sociales.

Cuando las necesidades fisiológicas están satisfechas y ya no experimenta temores con respecto a su bienestar físico, las necesidades sociales se convierten en un motivador importante de su comportamiento. Estas necesidades son las de pertenecer, estar asociado, ser aceptado por los compañeros, tener amistades, dar y recibir amor, entre otros.

Hoy en día la dirección conoce la existencia de estas necesidades, pero a menudo supone, de modo totalmente erróneo, que representan una amenaza para la organización. Muchos estudios han demostrado que el grupo de trabajo estrechamente unido puede, en circunstancias apropiadas, ser mucho más efectivos en el logro de los objetivos que un número igual de individuos separados, es decir, que pueden generar sinergia.

Sin embargo, la dirección, temiendo que el grupo sea hostil a sus objetivos, controla y dirige su actuación hasta extremos que se contraponen con la tendencia natural que los seres humanos tienen a la agrupación o agremiación. Cuando las necesidades sociales del hombre, y también probablemente las de seguridad, son frustradas de este modo, el individuo se comporta de forma que tiende a malograr los objetivos de la organización; se vuelve terco, hostil y reacio a la colaboración. Sin embargo, este comportamiento es una consecuencia, no una casusa.

4.1.4 Necesidades del yo.

Por encima de las necesidades sociales, en el sentido de que no se convierten en motivadores hasta que no se satisfacen de modo razonable las necesidades inferiores, se encuentran las de mayor significado para la dirección y para el mismo hombre. Estas son las necesidades del yo, y se clasifican así:

1. Las que están relacionadas con la propia estima (las necesidades de la confianza en uno mismo, independencia, logros, competencia y conocimiento).

2. Las que se relacionan con la propia reputación (las necesidades de status, reconocimiento, aprecio, respeto por parte de los compañeros, etc.).

A diferencia de las necesidades inferiores, estas son raramente satisfechas; una vez que se convierten en importantes para el hombre, éste se esfuerza indefinidamente por satisfacerlas más y más. Estas necesidades no aparecen en un grado significativo hasta que todas las necesidades fisiológicas, de seguridad y sociales hayan sido razonablemente satisfechas.

4.1.5 Necesidades de autorrealización.

Finalmente, en la cúspide de la jerarquía de las necesidades del hombre, se encuentran las que podríamos llamar necesidades de autorrealización estas son las necesidades de dar vida a nuestras propias potencialidades, de desarrollarse continuamente, de ser creador en el más amplio sentido de dicho término.

Es evidente que las condiciones de la vida moderna conceden pocas oportunidades para que estas necesidades, que son relativamente débiles, lleguen a manifestarse. Dado que la mayor parte de las personas experimentan frustraciones en lo que respecta a las necesidades de los niveles inferiores, han de distraer sus energías en la lucha por satisfacer dichas necesidades, lo cual trae consigo que las de autorrealización permanezcan dormidas.
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